lunes, 23 de noviembre de 2009

CANDADO


Siempre puedes encontrarte con sorpresas.
Incluso en las novelas policíacas, a priori intrascendentes, puede de repente aparecer algo que nos hace reflexionar.
Me ha ocurrido estos días, leyendo una novela de Henning Mankell, "El hombre inquieto".
Me hallaba casi literalmente devorando esta obra cuando tuve que volver atrás: unas líneas ya leídas me lo exigían. Las reproduzco aquí mismo y aprovecho para ilustrarlas con una fotografía de Chema Madoz.
" Hay gente que va dejando pistas falsas de sí misma - observó Wallander meditabundo -. La actitud abierta y accesible puede ser una especie de candado invisible con el que encierran una realidad que no tienen el menor deseo de desvelar."
Cien páginas más tarde, me salta a la cara otra frase, a mi modo de ver también especial.
"Su soledad será a buen seguro tan inmensa como la mía, aunque quizás más dura de sobrellevar, puesto que es incapaz de evitar esconderla con todo lo que bebe."
Si me da por leer proximamente un libro de filosofía... ¿estaré tentada a reproducirlo integramente aquí?