miércoles, 12 de mayo de 2010

el muñeco de sal



Hoy me apetece transmitir la historia de un muñeco de sal.
La recupera Leonardo Boff de "maestros espirituales antiguos" y la expone en su columna semanal.

"Había una vez un muñeco de sal.
Después de peregrinar por tierras áridas descubrió el mar. Nunca antes lo había visto y no conseguía comprenderlo.
El muñeco de sal le preguntó: "¿Tú quien eres?" Y el mar le respondió: "Soy el mar".
El muñeco de sal volvió a preguntar: "¿Pero qué es el mar?" Y el mar contestó: "Soy yo".
"No entiendo", dijo tristemente el muñeco, "pero me gustaría mucho entenderte. ¿Qué he de hacer?"
El mar simplemente dijo "Tócame".
Entonces, el muñeco de sal, tímidamente, tocó el mar con la punta de los dedos de los pies. Notó que empezaba a comprender el misterio del mar.
Pero luego se dio cuenta de que habían desaparecido las puntas de sus pies...
"Mar ¡mira lo que me hiciste!"
Y el mar le respondió: "Me has dado algo para poder comprenderme. Tienes que darte todo par comprenderme todo".
El muñeco quedó pensativo.
Y comenzó a entrar lentamente mar adentro, despacio y solemne, como quien va a hacer lo más importante de su vida.
A medida que entraba, iba deshaciéndose y comprendiendo cada vez más al mar.
El muñeco de sal seguía preguntando "¿Qué es el mar?"
Hasta que una ola lo absorbió entero.
En el último momento, antes de diluirse en el mar, todavía pudo decir:
"Soy yo. Yo soy el mar".